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Hasta ahora, la investigación indica que hay poca evidencia que sugiera que el vapor de los cigarrillos electrónicos sea dañino para quienes no los usan. El profesor John Britton y el Dr. Ilze Bogdanovica, del Centro de Estudios de Control del Tabaco y el Alcohol del Reino Unido, publicaron un informe encargado por Public Health England. En él resumen los conocimientos actuales diciendo:
"Los cigarrillos electrónicos no producen humo, por lo que los efectos bien documentados de la exposición pasiva de otras personas al humo del cigarrillo claramente no son relevantes. La exposición de los no fumadores al vapor de los cigarrillos electrónicos plantea una preocupación, aunque el trabajo de laboratorio sugiere que el uso de cigarrillos electrónicos en un espacio cerrado expone a otros a niveles de nicotina de aproximadamente una décima parte de los niveles generados por un cigarrillo, poco más. Por lo tanto, es probable que los riesgos para la salud derivados de la exposición pasiva al vapor de los cigarrillos electrónicos sean extremadamente bajos".
Otros estudios sobre el tema se resumen en una declaración hecha en una carta a la Organización Mundial de la Salud por parte de 53 de los principales expertos en políticas de salud pública e investigadores en nicotina de todo el mundo. En la carta comentan: "En la actualidad, no hay evidencia de riesgo material para la salud por el vapor emitido por los cigarrillos electrónicos".
Las decisiones sobre si vapear está permitido o prohibido en un espacio en particular deben recaer en los propietarios y gestores de los espacios públicos. Y para tomar estas decisiones pueden tener en cuenta una amplia gama de factores. Como ocurre con la mayoría de las cosas en la vida, es mejor ser respetuoso con los demás cuando vapeas, ya que otras personas pueden ser más o menos sensibles a diferentes olores (incluso a los agradables).